viernes, 2 de octubre de 2009

Aventura en el más allá (fantasía)



Era tanto el amor que se profesaban,
que cuando murió ella de dolencia indeterminada,
vacío quedó el corazón y el alma amilanada,
¿qué oscuros presagios en la cabeza del amado
se proyectaban?

Con decisión y coraje buscó donde hallarla,
consultó eruditos, científicos y videntes de charlatanería,
mapas, pergaminos y todo lo que cayese en sus manos,
con gran esperanza de poder encontrarla,
el destino tenía preparado diversidad de caminos.

Con más corazón que cabeza emprendió su búsqueda,
metiéndose por pozos, hendiduras y cuevas,
la oscuridad cerraba su paso a cada zancada,
cerrando su corazón a toda situación esperanzada.

Llegó donde mortal ninguno se atreviera,
la laguna Estigia recorrió con su barquero,
a las puertas del infierno con su guardián Cancerbero,
pidió audiencia a Hefaistos ¿cómo se atreviera?

Buscó y rebuscó,
terroristas, gente de mal vivir y pendenciera,
de todo encontró,
suicidas, parricidas, que sufrían y maldecían,
que gritaban y blasfemaban,
como si de un cuadro de Dante se tratara.

Al fín las almas turbadas encontró,
su esposa no lo reconoció,
más no tenía dudas él,
y en brazos la recogió.

Este viaje tocaba su fin,
una barrera infranqueable
le devolvió a la vida,
y a ella hacía lo desconocido inefable.

No fue una despedida,
más bien una pausa,
hacia un despertar,
en ésta o en la otra vida.

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