sábado, 17 de octubre de 2009

Tan ligera cruzaste por mi vida



Tan ligera cruzaste por mi vida,
que no se movieron ni los visillos,
tu paso no despertó los juncos dormidos
ni aligeró el rejuvenecer de los olmos.

Pasaste como la primavera temprana,
sin apenas dejar huella en el ambiente,
todo se lo llevo la corriente cercana
fluyendo como un río después de la pendiente.

Apenas tuve tiempo de oler tu esencia,
las sombras se llevaron tu sana alegría,
y al alejarte, sólo me quedaron unas gotas
de tu rocío perfumando mis estancias.

Tan ligera mujer pasaste que no despertaste
el durmiente corazón que esperaba insertarse
en tus deseos de amarme, dejando tus huellas
impresas en mi sangre....... después de marcharte.

Vuelve mujer con la brisa del calor del verano,
donde todo acaba floreciendo como el amor,
vuelve y causarás regocijo a mis sentires,
presentes en mis deseos más sensibles.

Vuelve con la sencillez del vuelo de la mariposa
tus jazmines y tus rosas te esperan despiertas,
fluyendo mi amor por tus rocieras brisas.

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