miércoles, 30 de septiembre de 2009

Libertad añorada



He intentado salir de mi cueva,
al amanecer de un nuevo día,
donde el Sol irradia con fuerza nueva,
la luz de la sabiduría.

No quiero ser uno más del montón,
ni ser una oveja presta al matadero,
ni que mi vida sea un culebrón,
contada con escarnio al mundo venidero.

Soy un ser único, como todos los demás,
con conciencia, sin dejarme arrastrar
por convicciones o fáciles dilemas,
y prefiero mis propias teorías razonar.

Elevándome por encima de las nubes,
cual gaviota volando sin rumbo fijo,
intento comprender este mundo y sus urbes,
rompiendo mis cadenas a plazo fijo.

Añoro la libertad de los pájaros,
deploro las cadenas que nos atan,
ligero como las aves que vuelan,
sin atarme a pesados cuerpos.

No quiero ser presa de los villanos,
ni de necios con su fáz bonita,
ni de Pilatos lavándose las manos,
ni del que se cambia fácil de chaqueta.

Un canto a la libertad del ser humano,
con todos sus derechos legislados,
una mano tendida a todo hermano,
es la vida que muchos añoramos.

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