jueves, 29 de abril de 2010

El tren de los condenados (metafóricamente hablando, claro)


Saquean nuestras conciencias
a noticias podridas,
falacias de exterminio
una tras otra
siendo ese su poder y su dominio.

Nos suben a empujones
en el tren de la vida;
en los vagones de los condenados becerros
o de las ovejas listas para el degolladero,
sembrando nuestras mentes de estupideces
siendo sus esclavos y siervos.

De cuando en cuando se oye un quejido
una voz que se alza más fuerte que las demás,
allá en el fondo del vagón de carga,
¡uno que se pregunta !
¿qué hacemos aquí todos encerrados y callados
seguimos siendo humanos ?,
o somos desechos mutantes,
restos de humanos de neuronas masacradas,
androides,
fieles servidores de nuestros señores.

¿A eso hemos llegado
a este fin perverso y demoníaco?.

A asentir con lo que nos queda de cerebro
todas las mentiras que nos cuentan
cuando les da la gana contarlas, claro.

A conformarnos,
mirando el paisaje de la vida
sentados en nuestro tren particular,
sin preguntar,
sin mover un músculo,
ni tan siquiera balbucear
entrecortadas sílabas,
¡hacia donde vamos, coño!.

¡Nos desforestan los bosques!,
a regañadientes, lo aceptamos.

¡Nos venden toda clase de guerras
estúpidas vanidades humanas,
beneficiosas y mundanas!,
vociferamos un poco...
pero al final seguimos callando,
tragando mierda, tragando.

¡Qué el clima está cambiando
y el planeta se sacude sus mosquitos,
nosotros sus inquilinos!,
alguien le pondrá remedio y solución,
pensamos.

¡Qué ya no hay cambio climático
y nos venden una crisis mundial!,
dejamos la Tierra a un lado
y nos merendamos la crisis
que ellos han inventado.

Y así el tren sigue sin detenerse
porque nadie se ha preguntado..............
en qué estación tenemos que apearnos.

Cambiando de maquinista en cada mínima parada
para que no podamos ver su jugada.

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