Voy girando como una peonza
con mis estertores ruidos, al máximo,
intentando que mi ansiedad
no le produzca al corazón, vagedad.
Rebuscando en los aires del tiempo,
casi olvidado, pero no enterrado,
con mis fantasmas requeridos...
crueles presencias recordándome....
tu querer, vagamente presente,
aparcado en esta estación de penitente.
Días en que la felicidad podría ser
alumbramiento de un futuro de promesas,
¡vaya quimeras!,
no parió el futurible amor su descendencia,
no era para mí, ese tiempo de independencia,
más bien un aborto cruel en las horas postreras
me sumió en esta decadencia.
Y giro como un trombo, mis pensamientos,
lágrimas amargas corren por mis entrañas,
seca tengo aún el alma,
de no regarla, de no cuidarla ni abonarla
como a una flor temprana.....
con el Sol de cada mañana.
Intento escribir versos más alegres,
pero lo que queda grabado a fuego,
en el interior de mi interior se queda..
soterrado por falsas esperanzas,
esperando el derrumbe a la menor ocasión
de mental distracción.
Mis fantasmas esperan mi decadencia
en siniestras y macabras danzas...
bailando sobre mis heridas
en horas de dolor,
en la vulnerabilidad prisionera....
de mi constante sequía.
con mis estertores ruidos, al máximo,
intentando que mi ansiedad
no le produzca al corazón, vagedad.
Rebuscando en los aires del tiempo,
casi olvidado, pero no enterrado,
con mis fantasmas requeridos...
crueles presencias recordándome....
tu querer, vagamente presente,
aparcado en esta estación de penitente.
Días en que la felicidad podría ser
alumbramiento de un futuro de promesas,
¡vaya quimeras!,
no parió el futurible amor su descendencia,
no era para mí, ese tiempo de independencia,
más bien un aborto cruel en las horas postreras
me sumió en esta decadencia.
Y giro como un trombo, mis pensamientos,
lágrimas amargas corren por mis entrañas,
seca tengo aún el alma,
de no regarla, de no cuidarla ni abonarla
como a una flor temprana.....
con el Sol de cada mañana.
Intento escribir versos más alegres,
pero lo que queda grabado a fuego,
en el interior de mi interior se queda..
soterrado por falsas esperanzas,
esperando el derrumbe a la menor ocasión
de mental distracción.
Mis fantasmas esperan mi decadencia
en siniestras y macabras danzas...
bailando sobre mis heridas
en horas de dolor,
en la vulnerabilidad prisionera....
de mi constante sequía.
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