domingo, 11 de octubre de 2009

A la sombra de crucifijos



A la sombra de crucifijos,
bajo amenazas de pandemias mentales,
a la sombra del espíritu,
esclavas como brujas,
brujas como esclavas,
quemadas en hogueras
de vanidades y cegueras.

Satanás estaba de moda,
todo penitencias,
a fuerza de flagelos y martirios
sacaban pseudo posesiones,
a golpes de delirios.

¡Ay! cuanta ceguera,
cuantos inocentes mandaban
a las calientes hogueras,
como pucheros de cochinos,
relamiéndose las barbas,
el Inquisidor de oficio.

Aquelarres en Luna Llena,
danzarinas en Luna Nueva,
todo era inocencia,
fervor a la madre Tierra,
alabanzas a sus bondades,
curanderas de humanas debilidades.

¡Ay! cuanto se ha perdido,
cuanta sabiduría,
que de alquimias y hechizos,
de pócimas y conjuros,
¡ay! cuanto pergamino perdido.

Satanás si estaba presente,
el diablo se regocijaba en su vientre,
paletos sabelotodo le adoraban
como a un Dios viviente.

Bajo el fuego y la cruz,
se cometieron verdaderas atrocidades,
bajo la sangre derramada,
la sangre de los justos
tomados por injustos,
bajo torturas y flagelos
se perdieron buenos y grandes secretos.

¿Clamarán venganza los desterrados?.

¿Pedirán la sangre derramada?.

¿Gritarán al unísono?;

¡justicia para los quemados!

¡justicia para los injustamente condenados!

No hay comentarios:

Publicar un comentario