miércoles, 11 de noviembre de 2009

¡Son ellas!



Noche cerrada en un barrio de las afueras,
Abetos en línea como en cementerios,
sin asfalto están las calles,
polvo y cenizas,
latas y colillas,
olor a alcohol barato
y a marihuana seca.

Oscuras siluetas se debaten
en estas callejuelas,
donde las luces se apagan
y las navajas relucen.


¡Son ellas!

Las flacas y anoréxicas,
huesos andantes,
intoxicadas de tanto pincharse,
como zombis parlantes,
frías como el mármol,
ataudes vivientes.


¡Son ellas!

Las que te paran por una colilla,
y por un polvo una perrilla,
las apartadas,
las excluídas,
las portadoras de muerte...
las del sida.

¡Son ellas!

Las que desgastan las suelas
de tanto arrastrase por el lodo,
comiéndose la carcoma, su vida,
son mis paisanas....
y las de fuera...
engañadas sin escrúpulos
por chulos y traficantes,
pendencieros y maleantes.

¡Son ellas!

Las que venden su carne desangrada,
una mamada....por una limonada,
sin ningún pudor,
ningún asco,
llegando a lo más bajo,
a lo más denigrante
de un humano andante.

¡Son ellas!

Las de los moratones
por palizas constantes,
las psicológicamente....
por expertos maltratadas,
al fin y a la postre
sólo son un producto...
de bajo coste.


Es la ley de la selva,
el macho se la lleva..
la utiliza....
a veces le paga
o le pega,
la baja del coche....
y la echa.....en la cerrada noche.



Pd. Un reconocimiento,
a todas aquellas mujeres,
que sufren el escarnio
de los machos sin escrúpulos.

Una vergüenza para los de mi especie.

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