domingo, 6 de febrero de 2011

Se muere el alma


Se muere el alma por indiferencias
tanto es así, que terminas en sus complacencias
en terminales de agasajos esquivados
siendo letras muertas, las escritas en poemas.

Esculpiendo tu soledad en granito mental
sin que una brisa suave, traspase sus moléculas,
apretadas como los granos de arena en vasta playa...
Sollozando cuando las mezclas con la sal de las lágrimas.

Se muere el alma y el espíritu brama en tempestades,
siendo las temibles galernas, las que te arrastran al olvido,
soterrado bajo capas de mediocridad en las esperanzas
bajando el nivel de tus defensas contra las temibles melancolías.

Y nada puedes hacer en el silencio eterno
que se instala a perpetuidad, sin permiso de la razón,
inundando de falsos crepúsculos la noche oscura del corazón...
Mintiéndote sobre la interiorización en el amor humano.

Amor que nunca llega a traspasar sus fronteras,
a salir a la superficie, pisando encarnizadamente mis quimeras,
varando en el limbo de algún plano fantasmal
quedando como un cascarón inerte en el fondo de mi mente...
Siendo los sentimientos...los más perjudicados en este exilio existencial.

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