Ya nada más me pueden quitar,
jugando conmigo los Dioses,
que de alimento de los hombres
su orgullo queda henchido.
¿Que más puede un mortal dar?
A parte de su ser eterno
de su alma inmortal,
si mis lamentos ya los tienen
abocados a un precipicio sin final.
¿Que epílogo, le damos a este poema de mi vida?
Que la oscuridad se lo tragó por su desidia,
que pagó caro su enfrentamiento
su osadía.
su rebeldía ante tal infortunio
de plenilunio en plenilunio.
Que se convirtió en hombre lobo
separado de la sociedad,
viviendo de noche
soñando de día.
Aullando sus partos de dolor
gimiendo sus melancolías
gruñendo sus desgracias,
y sacando sus garras
para combatir ....antes de morir.
¿Que epitafio le ponemos en su lápida fría?
¿Que los dioses menores le abandonaron
cuando más falta les hacía?.
¿Que sus hermanos.......mortales como él
le dieron la espalda cuando su atención requería?.
¿Que siendo la voz de muchos
se quedó solo con su voz
devolviéndole su mismo eco?.
Ensordecedor dilema se presenta
para un guerrero contra la oscuridad,
que hasta Tánatos me tiene lástima
y hasta las Parcas ríen mi soledad.
Los cuervos graznan cuando paseo
y me dan pasadas a baja altura,
¡ carroñeros de mil demonios!
¡ volveros a vuestras tierras brunas!
allí donde el tiempo se detiene,
y los suspiros y lamentos.........
duran eternamente.
¡ Dejadme al menos
que pacte con la muerte
el deceso de mi vida!
Ella por lo menos me comprende,
cosa que vosotros.... lacayos y siervos,
animales, hombres y almas,
me habéis decepcionado...
cercenando mis esperanzas.
Nada más me podéis quitar
nada más podéis absorber,
sólo que me dejéis una sola neurona viva
mi conciencia estará viva todavía,
renaciendo como Fénix batallador
para daros mucha guerra,
cualquier día.
Mi karma....lo expío y me aguanto,
mi destino está en manos de las Moiras,
pero me dejan que borde un apoteósico cierre.
Como Ulises,
regresaré después de mis desventuras.
¡ Prepararos oscuras criaturas!
de los bajos fondos del Averno subisteis...
por oquedades peores.....bajaréis.
jugando conmigo los Dioses,
que de alimento de los hombres
su orgullo queda henchido.
¿Que más puede un mortal dar?
A parte de su ser eterno
de su alma inmortal,
si mis lamentos ya los tienen
abocados a un precipicio sin final.
¿Que epílogo, le damos a este poema de mi vida?
Que la oscuridad se lo tragó por su desidia,
que pagó caro su enfrentamiento
su osadía.
su rebeldía ante tal infortunio
de plenilunio en plenilunio.
Que se convirtió en hombre lobo
separado de la sociedad,
viviendo de noche
soñando de día.
Aullando sus partos de dolor
gimiendo sus melancolías
gruñendo sus desgracias,
y sacando sus garras
para combatir ....antes de morir.
¿Que epitafio le ponemos en su lápida fría?
¿Que los dioses menores le abandonaron
cuando más falta les hacía?.
¿Que sus hermanos.......mortales como él
le dieron la espalda cuando su atención requería?.
¿Que siendo la voz de muchos
se quedó solo con su voz
devolviéndole su mismo eco?.
Ensordecedor dilema se presenta
para un guerrero contra la oscuridad,
que hasta Tánatos me tiene lástima
y hasta las Parcas ríen mi soledad.
Los cuervos graznan cuando paseo
y me dan pasadas a baja altura,
¡ carroñeros de mil demonios!
¡ volveros a vuestras tierras brunas!
allí donde el tiempo se detiene,
y los suspiros y lamentos.........
duran eternamente.
¡ Dejadme al menos
que pacte con la muerte
el deceso de mi vida!
Ella por lo menos me comprende,
cosa que vosotros.... lacayos y siervos,
animales, hombres y almas,
me habéis decepcionado...
cercenando mis esperanzas.
Nada más me podéis quitar
nada más podéis absorber,
sólo que me dejéis una sola neurona viva
mi conciencia estará viva todavía,
renaciendo como Fénix batallador
para daros mucha guerra,
cualquier día.
Mi karma....lo expío y me aguanto,
mi destino está en manos de las Moiras,
pero me dejan que borde un apoteósico cierre.
Como Ulises,
regresaré después de mis desventuras.
¡ Prepararos oscuras criaturas!
de los bajos fondos del Averno subisteis...
por oquedades peores.....bajaréis.
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