sábado, 19 de marzo de 2011

¡ Malditos sean los hados !


¿Qué clase de hechicería nefasta y absurda
me dejó varado en la playa, mirando el horizonte
en una noche sin luna, con cánticos al desafío,
en los albores de una relación prometida?.

Mirando inerte la marisma con los pies en fina arena
como si penetrase en las dunas del tiempo,
hundiéndome cada vez más en un fango negativista
lanzaba voces desprotegidas de sustancia etérea
con el fin de que los ecos rebotaran en un idiota.

Idiota...si, por creer en colores de acuarelas en sueños,
por volar en imaginaciones surrealistas dentro de una realidad...
realidad de grises y tenebrosas tormentas, desdibujando ensueños,
sonámbulo en planos subjetivos, donde la imaginación de lo bello...
Era mi único contacto con el sarcasmo mordaz de mis hados.

Hados de mi destino siniestro, en mofa de mi debilidad,
dando empuje al silencio en mi soledad,
única ventana de salida hacia el abismo fantástico
donde los amargados y descreídos tienen su lugar...
Donde la melancolía es el único faro que les puede guiar.

¡Malditos seáis, héroes del inframundo!.

Vosotros que me hicisteis creer en luces diáfanas
y lo único que vislumbro en mi obnubilada conciencia
son una amalgama de cristales en un caleidoscopio,
donde cada cristal, refleja un mundo de tenebrosas complacencias.

Nunca podrá complacer un mundo donde el yo interno
sea el arquetipo del humano futurista de un presente dislocado,
jamás la melancolía será moneda de cambio en los estertores de la muerte,
solo la luz que penetra los abismos mentales, cegando sus neuronas...
Dará la libertad al ser, en las postreras horas del tiempo consumado.

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