miércoles, 27 de octubre de 2010
Atemporal
Oigo tu voz desde la cercanía
atisbando una lejana utopía,
tan lejana, que se diluye en el espacio atemporal
sin pasado, ni presente y menos un ojeado futuro,
fue tan rápido,
que no logro saber si llegaste a ser real.
Recuerdo respirar un aire diferente,
más dulce ,
y luego rancio como el vinagre
se transformó mi semblante.
Fuiste un ensueño raudo
como un fuego fatuo,
descomponiéndose tan veloz
como apresurado en estallar
por sus compuestos químicos
y mis oníricos recuerdos.
Una isla en medio de mi mar de dunas,
un relámpago de luz;
entre tanta oscura realidad
distorsionada por el sentimentalismo extremo
en mi paranoica existencia.
Una señal de stop;
en mi loca avenida de neuronas
con entrecruzamientos de sinapsis
chocando unas señales con otras.
Veloz pasarías por mi campo visual,
tan rauda...
que no recuerdo si fuiste destello...
o un atropello neuronal.
Ensimismado y traspuesto me quedo
por experiencias atemporales,
entre una amalgama de cuartos oníricos
donde se abren y se cierran puertas
en un eterno golpeteo de procesos límbicos.
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