Camino con el vientre hinchado
de los fluidos que me voy tragando,
de mis reflejos, fantasmagóricos,
de un pasado haciéndose presente
con su purgatorio arrastrado.
Terror que paraliza mis sentidos,
ni Hades tiene tal poder
para somatizar mis depresiones y traumas
haciéndolos parte de mis telarañas,
redes psíquicas de neuronas desbocadas.
Pareciendo los cuatro jinetes negros,
señalándome todos con el dedo
¡ culpable!,
¡ la sentencia está echada!,
mi condena, con sus pesadas cadenas
repercutirá en mi vida trastocada,
en a veces locura...
o falta de cordura,
ambas se yuxtaponen perfectamente
en lugar de razonar valientemente.
¡ Pánico!.
Al no ser mi yo el que controla mis deseos,
ni mi vulgar razonamiento,
la escarcha congela y paraliza
todo acto motor de mi cerebro,
¡ no ordenando nada !,
no emitiendo impulsos neuronales,
se encuentra varado...
En su sargazo privado.
Este hielo espectral toma su sillón,
su reinado de terror mental
afectando con su mandato
todo conato de buena voluntad,
negándome para siempre su amistad.
¡ Pánico, si !
Hasta los huesos tiemblan
el corazón de arritmia
se obnubila la vista
se agudizan otros sentidos,
sensaciones escalofriantes
traspasando pieles erizadas
electrificadas fantasmalmente
porque no se ven ni se oyen...
se sienten.
Solo los siento...solo,
nadie más de mis allegados,
eso obliga a parecer alienado
con la presente realidad de los demás,
traspasando los límites de una simple
perturbación mental,
siendo para los profesionales;
un caso más
un raro más.
¡ Pánico y terror, si !.
Esa es la verdad de muchos seres,
que como este que escribe
sufren ataques constantes,
seres que se perpetuan en oscuridades,
pudiendo hacer muchas maldades,
siendo marionetas de espíritus dantescos
ignorantes de sus propios infiernos.
de los fluidos que me voy tragando,
de mis reflejos, fantasmagóricos,
de un pasado haciéndose presente
con su purgatorio arrastrado.
Terror que paraliza mis sentidos,
ni Hades tiene tal poder
para somatizar mis depresiones y traumas
haciéndolos parte de mis telarañas,
redes psíquicas de neuronas desbocadas.
Pareciendo los cuatro jinetes negros,
señalándome todos con el dedo
¡ culpable!,
¡ la sentencia está echada!,
mi condena, con sus pesadas cadenas
repercutirá en mi vida trastocada,
en a veces locura...
o falta de cordura,
ambas se yuxtaponen perfectamente
en lugar de razonar valientemente.
¡ Pánico!.
Al no ser mi yo el que controla mis deseos,
ni mi vulgar razonamiento,
la escarcha congela y paraliza
todo acto motor de mi cerebro,
¡ no ordenando nada !,
no emitiendo impulsos neuronales,
se encuentra varado...
En su sargazo privado.
Este hielo espectral toma su sillón,
su reinado de terror mental
afectando con su mandato
todo conato de buena voluntad,
negándome para siempre su amistad.
¡ Pánico, si !
Hasta los huesos tiemblan
el corazón de arritmia
se obnubila la vista
se agudizan otros sentidos,
sensaciones escalofriantes
traspasando pieles erizadas
electrificadas fantasmalmente
porque no se ven ni se oyen...
se sienten.
Solo los siento...solo,
nadie más de mis allegados,
eso obliga a parecer alienado
con la presente realidad de los demás,
traspasando los límites de una simple
perturbación mental,
siendo para los profesionales;
un caso más
un raro más.
¡ Pánico y terror, si !.
Esa es la verdad de muchos seres,
que como este que escribe
sufren ataques constantes,
seres que se perpetuan en oscuridades,
pudiendo hacer muchas maldades,
siendo marionetas de espíritus dantescos
ignorantes de sus propios infiernos.
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