domingo, 15 de noviembre de 2009

El rosal de mi jardín (fantasía)



Un rosal como ningún otro viera antes,
un rosal sin espinas, en el invernadero de la esquina,
con pétalos de terciopelo y corola rosa fina,
un rosal para mi amada, igual que el de los parques.

Me lo pidió ella en la pasada primavera,
lo quiero de todos los colores posibles,
como los del arco iris en días de lluvia primera,
para que luzca con las gotas del rocío,
en una noche cualquiera.

En medio del jardín lo plantara,
casa y comida de mil insectos albergaba,
que alegría daba ver tanta vida a su alrededor,
como un diminuto mundo de luz y color.

Con la luz de la mañana tornasolada,
difuminaba los rayos del astro rey,
por todo el jardín de mi amada,
diminutos seres se afanaban en su limpieza y reparación,
al son siempre de la melodía de una canción.

Gnomos, hadas, elfos, ondinas y otros seres sin catalogar,
reían , bailaban y trabajaban al son de flautas sin parar,
subían y bajaban por los tallos, como columpios humanos,
ayudándose unos a otros como verdaderos hermanos.

Qué sabiduría en la Madre Naturaleza había,
al igual que una madre cuidando sus hijos,
dándoles todo el cariño y su ternura, cada día,
respondiéndoles éstos con amor y alegría.

Pero sobre todo destacaba ella cuando al jardín salía,
mi compañera, como el hada más bella de cuantas hubiera,
con sólo su sonrisa, crecían las flores de entre la tierra,
con sólo su mirar, no había tallo o raíz que no renaciera.

El rosal se convirtió en rosaleda,
y el jardín en hogar de vida natural,
una cosa por decir me queda,
¡hermanos!, cuidad de la naturaleza donde sea,
cuidad con amor de ella, pues poco tiempo nos queda.

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