sábado, 18 de diciembre de 2010

Como un payaso


La sonrisa de un payaso
tiene ese doble de personalidad,
yendo más allá de lo físico
pasando de risas a lágrimas y viceversa...
Sembrando melancolía o sincera amabilidad.

Algo de eso me toca en mi expresión viva
en el sentimentalismo extremo, trasnochado,
como humo del incienso que se evapora
pasando de un estado anímico al lado opuesto
enmascarando bajo capas de pintura...
La real fachada de mi yo trastocado.

Soy como él, la expresión sentida
los polos opuestos de una misma consciencia,
las lágrimas amargas de una compleja paranoia
y la sonrisa blanca de perlas negras...
¿Qué ironía?.

Todo va formando una pendiente hacia mi decadencia
menguando en el ocaso de mi existencia
hasta la total desintegración en mis sonrisas...
o la decrepitud en lágrimas amargas.

¡Un payaso poeta señores!.

Un payaso inconformista en sus laureles
endiosado por las mariposas de la esperanza,
a colores como un vulgar graffiti
desolado como estatua de sal,
pero siempre una marioneta para los demás...
Gobernada por invisibles Parcas.

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