viernes, 13 de noviembre de 2009

Locura transitoria


Vi un Ángel Negro que me señalaba con el dedo,
vi las furias desatadas en mi,
rojas mis pupilas en el atardecer de mi alma,
locura transitoria temporal,
se avecinaba la tormenta en mi moral.

Las ansias de poder hacer más,
de ganar más,
de hacerlo mejor que los demás,
fueron el declive neuronal,
desconectándose de la red principal.

Alucinaciones extracorpóreas,
adicciones menores,
trastornos bipolares,
bajadas profundas,
subidas a trompicones.

Todo estaba trastocado,
no era mi sitio,
mi estado normal,
parecía un catatónico
sin pensar, sin sentir,
un asqueroso vivir.

Y el Ángel Negro con su corcel
me seguía señalando con el dedo,
sin palabras me enseñaba
mi mundo interno,
mis fuegos ardiendo.

Su risa y su desdén
se apegaban a mi aura,
me atormentaba su visión
que a la par era la mía,
como en un espejo,
su reflejo, era mi reflejo.


Entendía que algo había que cambiar,
así no era forma de terminar,
así no era manera de desencarnar.



Pd. así me lo contaron, en intento de versos lo he plasmado

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