viernes, 2 de octubre de 2009

Un canto a la Tierra



Ojeando el ambiente, sentado en mi barca
a contracorriente, a orillas de un río de fuerte pendiente,
viento del este con suave brisa, agita mi barca
vida subacuática fluyendo en la corriente.


A lo lejos frondosos prados, ricos en hierba fresca,
deleite de gran cantidad de animales, pastando con delicia,
grandes rebaños disfrutando del hermoso día,
pastores descansando de su viaje abrigados de la ventisca.


A mi derecha, frondosos y oscuros bosques,
Abetos, pinos y eucaliptos, alzándose majestuosos,
olor a naturaleza viva, salvada de momento por malos usos,
malos usos causados por la iniquidad de los hombres.


Yo te canto, madre Tierra, yo te imploro madre nuestra,
sigue con tu manto cubriendo la faz del planeta,
aunque se derritan los polos y acaben la floresta,
y se alcen los mares, como por mano siniestra.


Un canto a la Tierra es esto con un grito de protesta,
que la razón y la cordura envuelvan al hombre,
que desaparezca la miseria y el hambre
y vuelva la sabiduría y la luz a este planeta

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