miércoles, 30 de septiembre de 2009

Muerte y vida



Con coraje y valentía iré hacia mi muerte
el día que me toque con su guadaña,
sea de noche o por la mañana,
no vacilaré por muy lúgubre que sea su sombra,
ni retrocederé ante su presencia,
no le daré ese gusto y mi complacencia
para satisfacer sus gustos y caprichos.
No callaré ni cederé ante la melancolía,
la abulia o apatía,
viviré siempre como si fuese el último tren de mi vida,
el último viaje,
siempre ligero de equipaje.
Me desligaré de las cadenas que me atan,
las sombras de los recuerdos que matan,
los sueños vividos, pero no sentidos,
los pensamientos sentidos, pero no vividos.
Ven muerte amiga,
pero con dulzura y tu expresión sentida,
¡ven!, y los dos echaremos el último pulso a nuestra existencia
caminando juntos hacia nuestro deceso...
O mejor dicho, hacia la próxima vida.

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