miércoles, 30 de septiembre de 2009

Recuerdos de un pescador errante



Embarco en mi velero hacia un rumbo no fijado,
con una mar calmada y un cielo azulado,
quiero sentir el sabor de la libertad soñada,
oir el chillar de las gaviotas en la mar picada.

Soy el patrón de mi mismo,
marinero de mi destino,
en busca de la fortuna de mi corazón,
últimamente hundido dentro de un caparazón.

La tierra, mi pueblo, incluso mi amada he dejado,
sólo por unos dias, buscando un tranquilo retiro,
que aunque he vivido para ellos, y lo seguiré haciendo,
necesitaba mi alma un breve respiro.

Maravillado quedo, con la inmensidad que tengo delante,
tanta vida, tanto color alegran el día a este noble pescador,
nunca me había parado a mirarlo con el talante de un navegante
siendo mi propio patrón y mi gobernante.

Villa marinera es mi pueblo,
vida entregada a la mar con coraje guerrero,
un homenaje con este poema quiero
a todos los que con arduo trabajo ,
desde la salida del sol hasta el ocaso,
vienen cargados de pescado para venderlo
en el mercado del pueblo.

Loado sea el pescador que su vida expone,
y que muchas veces el mar le arrebata,
viento del este, viento del oeste,
poema de un navegante,
recuerdos de un pescador errante.

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