miércoles, 4 de noviembre de 2009

Adicto



Adicto a la desesperación,
al transfuguismo de sus obligaciones,
no encuentra su camino,
sólo bifurcaciones en su destino.

Caminando sobre serpientes imaginarias,
fóbico hasta la médula,
antisocial y enemigo de si mismo,
nada de disculpas,
su mente lo controla,
es un paria caminante,
un mendigo adicto
a sus realidades.

Llevando su pesada carga,
dominado por las euforias
que las drogas proporcionan,
ensimismado por sus oníricos laberintos,
se encuentra sin salida,
en un camino sin retorno.

Apartado de su familia,
sin amigos verdaderos,
obnubilados sus ojos,
no ven la luz detrás
de su espesa oscuridad,
su inconsciente se lo prohíbe,
se le mofa, se le ríe.

Mucho tiempo puede pasar,
(aunque no en su realidad),
antes del terrible despertar,
una vez que haya tocado su fondo,
en su largo y oscuro pozo.

Mucho tiempo pasará,
hasta que sus entrañas se muevan
como culebras atrapadas en su nido,
hasta que la locura y el dolor,
hagan presa de su ente dormido.

Y entonces pedirá ayuda desesperadamente,
despertará de sus constantes pesadillas,
sus monstruos oníricos desaparecerán,
y el espeso velo irá descubriendo
a su ser verdadero.

Sus flaquezas se transmutarán en esperanzas,
su obnubilada conciencia
hará su aparición,
empezando por fin su rehabilitación.

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