miércoles, 4 de noviembre de 2009

Mi camino



Siempre creí tener claro mi camino
mi destino guardado en un cofre
que las Parcas tiraban del hilo,
hasta que este se truncaba
y mi persona...fenecía....terminaba.

Pero mi camino era uno,
con bifurcaciones como afluentes
de uno más grande y pedregoso,
afluentes angostos unos,
con espinas lacerantes otros,
de recuerdos sangrantes los de allá
de fantasmas del pasado los de acá.

Eligiendo siempre con erroneidad
atravesé zarzas espinosas en el amor
clavándose en mis recuerdos con sus espinas,
cada vez que tirabas más profundas se metían
enmarañándome cada vez más en siniestras.......
melancolías.

Otro me llevó por senderos del placer y derroche
por el puro materialismo fantoche,
cualquier sustancia era buena por la noche
siendo al final.......un adicto más
en las tinieblas más espesas de mi mente.

El peor fue un espeso bosque
tan condensado de especies raras
que a machetazos apenas lograba ver.....
mis pies descalzos y sangrantes,
sanguijuelas se aferraban
a mis maltrechas carnes,
eran mis fantasmas del pasado
que reclamaban sus deudas
como en un karma aplazado.

Siempre dando bandazos
como velero en el mar de los sargazos,
siempre la muerte me ha perseguido
como a un caballo perdedor,
como su triunfo particular,
mostrándome su horripilante trabajo.......
segar cabezas de un tajo.

¡Y la hija de puta se reía!

Quebrando mis emociones
asfixiando mis sermones,
hasta que fuerzas sobrehumanas
me desligaban de su mortal abrazo.

¡Libre me sentía de momento!

Hasta que una próxima confrontación
nos hacía combatir de nuevo.....
mejor decir que me escapaba
y con cabeza gacha, evitaba la pelea.

Una serie de bifurcaciones o afluentes
del camino principal......que casi nadie coge,
pero te hacen ser valiente ante las pruebas
que la oscuridad te va poniendo
ante las zancadillas espinosas,
ante los ahogos y zozobras.

¡ Y lo principal!

Ante tu ser interno oscuro
lleno de dudas y lamentos,
de tortuosas pendientes
aferrándote al terror y al pánico,
y a la fría escarcha de tus sentimientos.

¿Socorro, ese soy yo?

¿Es este mi camino?

En el colmo del paroxismo,
todavía dudo......de mi mismo.

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