martes, 8 de febrero de 2011

Peregrinaje a tu morada


Necesito un ingeniero;
para construir un espigón sin final
soportando las rabietas grotescas de los dioses
(levantando tsunamis portentosos, para inflar su ego),
que den al traste con mi cuerpo en los sargazos
antes de vislumbrar tu silueta en la cima de los acantilados.


Ojeando el horizonte, seguro con mis pasos firmes,
en adoquines bien engarzados sin rendijas,
sin filtraciones de mareas negras, de furias incontroladas
por algún dios celoso de sus pertenencias, (eso cree él),
que impida el eco de tus cánticos...
Como salvaguarda de mi regreso a la morada de mis ensueños.

Ni dioses, titanes o leviatanes me desviarán de lo trazado,
solo la fe sin quebrantos y la espada de mis ancestros
serán amenaza suficiente contra espíritus y galernas,
quimeras mentales y salvajes alucinaciones,
ni de reyertas avernales de demonios....hijos de Hades.

Nada de eso desviará mi conciencia alterada,
ni mis fuegos producidos por la kundalini
ni el alcanzar el chakra del corazón sin perder la razón
ni la absorción por traducir el sánscrito de los vedas,
nada de eso hará que se altere la realidad de poder abrazarte...
Haciendo realidad mis sueños sin quimeras por delante.


Solo los cantos nocturnos de los alcaravanes...
transmiten tus mensajes como ambrosías y néctares
en pletórico deseo de acariciar tus cabellos al alba,
permaneciendo en tu jardín secreto hasta el crepúsculo...
Ensimismados con el renacer de los próximos albores.


Solo deseo atrapar las horas del momento sin tiempo
haciéndolo eterno en el despertar de los milenios...
Solo necesito un pársec para acariciar el vuelo de tus besos.

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