sábado, 17 de octubre de 2009

Caos



Tiran con fuerza las Parcas,
juegan con mi vida,
saben que de un fino hilo
pende mi destino.

Saben de mis miedos y fobias
de mi voluntad que zozobra,
saben que no aguantaría
un soplido de Eolo,
Señor de los vientos,
ni una llamarada de Hefaistos
consumiendo mi cuerpo.

Quieren que renuncie al placer
de mis escritos,
mofándose de mis versos,
apretando impunemente
mis costillas contra mi pecho,
ahogándome en mil lamentos.

Verme partido en mil yoes desperdigados,
sin conciencia de la unidad,
oscureciendo y eclipsando
mi corporeidad,
mi interior más luminoso,
mi rinconcito más preciado.

Allí guardo mis tesoros,
ocultos a la guadaña de la muerte,
bajo capas de materia putrefacta
que pasen inadvertidos
ante la oscuridad creciente.

Estos serán moneda de cambio
ante la desolación y el caos,
ante la perdición humana
y el desequilibrio planetario.

¡Ya veo los jinetes y sus trompetas!,

con sus corceles negros
clamando la justicia de Gaia.

Redoblando con ahinco su trabajo,
las Parcas tiran los hilos
de una humanidad corrupta,
sumida en las tinieblas de la conciencia.

¡Es el caos, es la decadencia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario