viernes, 23 de octubre de 2009

La dama del escultor



Marcada está tu mente,
llevando mi nombre sobre tu frente,
golpeando de amor mis iniciales,
a fuego y pasión grabo mis ideales.

Presa del mármol frío, escondida,
tan callada que enmudezco de verte,
mis rivales nunca han visto creación semejante,
sombreros y capas te dan la bienvenida.

Creo que ya quedaste en mi mente plasmada,
tu figura salió del resquebrajado bloque,
dándote la vida el Sol y la esencia del bosque,
como polen de primavera aireando la vida.

De estatua inmóvil en el mármol dormida,
pasaste a la vida dando esperanza a este escultor
que estaba desterrado del amor,
dándole tú la savia a su alma perdida.

De amor por fin llenaste mi vida,
de una pasión dormida que todavía desconocía,
como un arpa te toco saliendo una dulce melodía,
envolviendo de alegría y dicha mi amargada vida.

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