sábado, 17 de octubre de 2009

Como una reina



Con alas de Reina, aleteas fuera de tu colmena,
despidiendo aroma a dulce néctar, olor de miel,
yo como zángano de tu corte, me dejo hasta la hiel,
por protegerte, alabarte y quererte.
Sabedora de mil juegos y patrañas,
llevas por la cuerda floja hasta las mismas arañas,
que con sus brazos y patas, perderte quieren,
pues no te faltan pretendientes, que lo mismo te hieren.
Tu cara rosada, como amapola tornasolada,
tus brazos, sedosos, como terciopelo,
acógeme entre ellos, como mi protectora y amada,
y te despejaré el camino, de villanos y necios.
Vientos del este, nos traen nuevos olores y sonidos,
cambiemos nuestro destino, según sopla el elíseo,
fundaremos nuestro propio reino, en sitios perdidos,
tú como mi amada Andrómeda, yo como tu querido Perseo.
El zumbido de tu aletear, oigo de nuevo,
el olor a néctar y miel de flores,
tus brazos se agarran a mi cuello,
y volamos donde nos lleve el viento de nuevo.

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