sábado, 17 de octubre de 2009

Refugiados, palabra maldita



Cuanto dolor y cuanta muerte,
como si fueran campos de exterminio,
abarrotados de inquilinos,
sin comida, a la intemperie,
como zombies despreciados.

Campos de refugiados,
de pestilentes amargados,
todo les han quitado,
menos la piel que se yuxtapone
al alma, vacía, exhausta.

Las Parcas cortan los hilos,
se mueren de hambre y de frío,
olores putrefactos son la esencia,
de la humanidad que allí regenta.

Refugiados, palabra maldita,
malditos los que les echaron,
malditos sean los nuevos dueños,
un futuro incierto les aguarda,
malditos sean todos los humanos.

Dicen que son nuestros hermanos,
que la ayuda viene presta,
sólo la espera por respuesta,
antes esta la crisis financiera.

Oscuros presagios se vislumbran,
la humanidad pierde su apuesta,
la muerte gana la partida,
el terror será la siembra
de una cosecha de odios marchita.

Generaciones, unas tras otras,
revientan sus venganzas,
preparan sus guerras,
de abuelos a padres
de padres a hijos,
no hay quien les detenga.

Se prepara una crisis humana,
ya se oyen las trompetas,
los jinetes oscuros llegan,
no saben de crisis financieras,
menos peligrosas,menos mortíferas
que las miserias humanas,
que las guerras fratricidas
en cualquier lugar de esta Tierra.

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