sábado, 14 de noviembre de 2009

Mi Venus



Olvidando mi voz,
agudizaba mis sentidos
para percibir tu esencia,
ese fluido místico
que polinizaba mis pistilos,
rebotando a la vez
como de flor en flor,
de jardín en jardín,
de ser en ser.

Embriagados como por Baco
y ambrosías celestiales,
pletóricos en virtudes
sádicos contra los vicios,
fertilizando nuestras simientes
más allá de lo consciente.

Eras tú, la Reina del amor,
la Venus consagrada
por artistas de la belleza,
eras tú, la enemigo del caos,
la que apartaba oscuridades,
limpiando las maldades.

Eras tú, mi Diosa del Olimpo,
la portadora de beneficios,
despertando fuegos y pasiones,
la de cabellera dorada,
la que se bañaba en el crepúsculo
de una Luna eclipsada.

Y alzo mi copa por Baco,
por las Musas, tus hermanas,
por tu padre Júpiter
y la madre que te engendró.

Y apuro mi cáliz del amor,
acallando todo lamento,
silenciando mis sentidos,
para percibirte en todo tu fulgor,
sin perder la razón
ni apartarte de mi corazón.

Así te siento mi Princesa amada,
como la Venus del espejo,
pintada e inmortalizada,
así te ve mi corazón,
mi alma de poeta.

Quedando plasmada en mis versos,
con la inspiración fecundada
por tus semillas esparcidas,
renaciendo como trigales
estas letras versadas.

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