domingo, 15 de noviembre de 2009

Muerte aparente



El electrocardiograma aparecía plano
luz sin movimiento en picos reajustados,
solo en el plano horizontal de la onda,
¡muerte aparente!, por ahora,
entre paredes de blanca pintura.

¡Gritos ahogados de mi tráquea salen!
lenguas de fuego de mi cuerpo helado
escarchando y vaporizando mi ambiente,
temperatura subiendo y bajando
como un ascensor descontrolado.

Mis sentidos se agudizan tanto
que puedo oír a leguas de distancia,
conversaciones cavernosas a ritmo lento
penetran en mi oído externo,
pasos a millares, pisando mi cerebro,
multitud de brazos rodeándome el lecho.

Me levanto y corro con mi suero en la mano,
un laberinto de espacios luminosos
se abren y cierran tras de mi,
sus sonidos son atronadores
como martillazos de un gran herrero
amplificados por mi córtex neuronal
en una enmarañada red dimensional.

De tanto correr no toco el suelo
saliéndome sin querer por el subsuelo,
atravesando tuberías y haces de colores
paredes y nebulosas planetarias,
púlsares destellando a mi ritmo cardiaco
visiones superpuestas en un todo cuántico.

Ya todo se fusiona en el exterior
pareciendo una molécula más de este conglomerado,
pero creo que alguien me llama desde el laberinto,
volviendo por callejones agolpados de transeúntes
con la misma bata blanca y el suero en sus manos,
todos éramos..............................fantasmas del pasado.

Sin dirección ni orientación posible,
unos aullaban, otros gritaban, lloraban,
una dimensión fantasmal prisionera
seleccionando las mejores voluntades,
presentándose un fabuloso paradigma;
primero soltamos la tempestad y luego nos calmamos
o el vórtice de ésta nos arrastrará descontroladamente.......
hasta que nos calmemos y razonemos.

Al final, se impuso la calma y el razonamiento
volviendo a fluir la sangre en los corazones,
empezando de nuevo los picos,de un electrocardiograma
que saltaba de alegría..........................
por salir de su monotonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario