miércoles, 30 de septiembre de 2009

Carta de un accidentado



Tengo miedo y las ansias me consumen,
que algún dia te aborrezcas,
y me dejes, cansada de que tanto te agobien,
mis celos, mis caricias y mis tonterias.

Pero siento que tengo que agradecerte tanto,
que creo que a veces me paso y tu no entiendas,
espero comprendas mi sentimiento,
pues sin tí, nada soy, nada entiendo, nada siento.

Era un desierto, antes de haberte conocido,
la nada, el vacio, el limbo,
un ser sin sentimiento, como un fantasma aparecido,
sin rumbo ni destino, sin esperanzas,
en el puro olvido.

Tú cambiaste todo eso, cuando te conocí,
mi cuerpo cambió de color,
la luz entró por un rincón de mi corazón,
la sonrisa salia de la comisura de mis labios,
y el opaco de mis ojos, cambió de color.

Tú cambiaste eso y mucho más,
de un ser uraño y cascarrabias,
de un hombre malhumorado taciturno,
cansado de su deambular nocturno,
ví la luz al final de este penoso camino.

Diste color a mi vida,
esperanza y fuerza para vivirla,
mis amigos volvieron otra vez a venir,
y entre todos me enseñasteis las ganas de vivir.

De un ser parapléjico y desgraciado,
volví a ser gracias a vosotros
altruista, con amor en mi corazón,
y sobre todo a ser amable y divertido.

Por esto y mucho más,
mi agradecimiento contigo no tiene parangón,
aunque a veces te resulte pesado,
te llevo siempre en el corazón,
porque has cambiado mi mala situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario