Justicia sorda, ciega y muda para la mayoría de humanos
equitativa y trasparente, rápida y sin secuelas... para una minoría,
¡vaya ejemplo que nos dan estos señores de negro!
que pagados con el sudor y lágrimas de los obreros
se comportan como vulgares necios.
¡Vaya con los juristas-capitalistas!
soltando a villanos, mafiosos y religiosos
y encerrando a desahuciados, delincuentes a la fuerza
emigrantes sin papeles y con ellos
y madres abortistas sin dinero,
por no hablar de mendigos, jóvenes sin trabajo
y un largo etc. acabando con los ecologistas y movimientos reivindicativos (15M).
¡Vaya con los señores de la justa balanza!
que desde tiempos inmemoriables
impartieron justicia a base de horcas, látigos, garrote,
fusilamientos, gas letal y sillas eléctricas de alto voltaje,
todo para una muerte digna del reo condenado. ultrajado,
avergonzado y atormentado... todo justo, todo digno, todo equilibrado.
¿Cuántas sentencias equivocadas pero no revocadas?
¿cuántos sufrimientos y tormentos no se habrán causado
en aras de una injusta justicia?.
En una estructura piramidal;
donde el último y menos evolucionado ser humano
hasta el supremo mandatario de una nación
pasando por clases medias y profesionales de pico y pala
asalariados de vías interminables
y yuppies de veinticinco horas diarias,
parados de colas eternas y mendigos haciendo eternas colas
y un largo etcétera, que daría la vuelta a la galaxia entera...
todos, exclusivamente todos, somos iguales ante las leyes de Dios,
sin distinción de creencias o valencias
sin distinción de castas pobres o pobres pijos... pero adinerados,
sin distinción de seglares, laicos o ateístas
ni de prelados de capas y sombreros con aristas.
¡Ante Dios!
todos somos iguales,
no parece que así sea entre nosotros...los simples mortales.
Estoy de acuerdo en todo lo que dices en tu poema,
ResponderEliminarasí de mal está hecho el mundo,
creo que a la hora de la verdad, no somos todos iguales...
Un placer haber pasado, besos Sergio.