La voz del Pueblo

No me harán callar los Dioses de piedra,
ni las esculturas forjadas en el Olimpo,
no me harán callar las enredaderas de hiedra,
ni la cicuta destilada de malas hierbas del campo.

Reclamo mi derecho de ser humano, a ser oído,
reclamo a los gobernantes de este mundo, a ser escuchado,
que no hay ser más desdichado,
que el que no escucha, ni se da por enterado.

Este mundo hermanos es de todos,
su creador nos lo arrendó para disfrute de los más,
no para el enriquecimiento de los menos,
creando empobrecimiento a los demás.

No me harán callar los fantasmas del pasado,
ni los convidados de piedra presentes,
todos somos seres pensantes y sintientes,
hagamos buen uso de lo que se nos ha dado.

Creamos que la revolución pacifica es posible,
que callen por siempre los voceros y sus armas,
que a mil leguas se oyen el carnaval de las almas,
haciendo que la madre Tierra con sus lágrimas tiemble.

No callaré más ante truhanes e impostores,
que dueños son de mentiras y falsedades,
la verdad reinará en este planeta perdido,
y el rico y poderoso de rodillas caerá rendido.

Escuchad estatuas de piedra ancestrales,
reyes y emperadores ya no son inmortales,
bajad de vuestras peanas y pedestales,
y uniros en hermandad con los simples mortales.