¡Escuchad la pena de mi canto!.
Sonará en vuestras almas a risa,
pero serán penas dolidas,
cuando vuestros campos
se tornen yermos.
Sombría es la vida y la muerte,
hermoso y lúgubre su cantar,
¡bebed hasta apurar vuestra sangre!,
¡bebed por todos los reinos que perecerán!.
Oscuros son vuestros días,
aunque la Tierra se cubriera de praderas
no tendríais tiempo de gozarlas,
las cubriríais de vanidades putrefactas.
¡Prestad atención!
Hombres de este mundo,
escuchad estos aciagos tiempos,
donde los animales siguen aullando
gimiendo por su sustento.
¡Escuchad hermanos, el canto del lamento!
los quejidos resquebrajados,
los sonidos entrecortados,
la Tierra se queja
y nadie le presta sus manos.
¡Mirad más allá de auroras boreales!.
Sombras espectrales se alzan de sus sueños,
son sus antiguos cuidadores,
como momias reclaman vuestros cantos,
cubiertas de bruma asfixiante
escarcha traen sus manos.
¡Apurad la copa de la vida hermanos!
¡Bebed hasta ahogar vuestras lágrimas!,
hasta derramar penas como perlas,
sombríos son vuestros destinos
más allá...
del la muerte y sus misterios.
Hasta que todo se regenere,
hasta que la Tierra se sonría,
quedaréis presos de su dolido canto
como fondeados en el mar del espanto.
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