¡Miedo a la soledad!
Compañera de mi vida
como sanguijuela siliconada,
sin posibilidad de desarme
cautivo de un chupa sangre.
¡Miedo al amor!
Sin continuidad ni acierto
aparcado en un desamor perpetuo,
donde las mariposas se convierten en polillas
y las telarañas asfixian el tiempo,
creando un impás en mi corazón.
¡Miedo al rechazo!
Sin poder atreverme a ese sentimiento
que ni el soma curó este tormento,
desvalijando mi cerebro,
haciéndome un cobarde,
un ermitaño casi uraño
dentro de mi mismo.
¡Miedo a mi destino!
Muy incierto todavía es mi camino
sendero de pesadas cargas,
que los años no aligeran
ni mis lunas iluminan,
siendo reacio a descorrerse el velo
que Isis en opacidad frenó mis ojos,
no pudiendo visionar más allá.....
de la transparencia de mis pupilas.
¡Miedo al mismo miedo!
Los nervios se encrespan
en una marejada de pensamientos continua
como la mar picada contra los riscos desatada,
así mi adrenalina inflamando mis adentros
me pone sobre aviso de mis fobias....
y mis fantasmas internos.
¡Y miedo a mi misma rabia interna!
Clavándome las uñas en mis pieles laceradas
como estigmas ulcerantes en sacrificio,
mi color se transforma en morado
y la tormenta se desata en mi mente,
¡grito!
¡pataleo!
¡sacudo a puñetazos la almohada!
y descargo toda mi energía en ella,
¡aúllo al compás con mi perra!
y poco a poco la metamorfosis opera
calmando mi ansiedad........
en un simple tiempo de espera,
como una luz rojiza y parpadeante.
Compañera de mi vida
como sanguijuela siliconada,
sin posibilidad de desarme
cautivo de un chupa sangre.
¡Miedo al amor!
Sin continuidad ni acierto
aparcado en un desamor perpetuo,
donde las mariposas se convierten en polillas
y las telarañas asfixian el tiempo,
creando un impás en mi corazón.
¡Miedo al rechazo!
Sin poder atreverme a ese sentimiento
que ni el soma curó este tormento,
desvalijando mi cerebro,
haciéndome un cobarde,
un ermitaño casi uraño
dentro de mi mismo.
¡Miedo a mi destino!
Muy incierto todavía es mi camino
sendero de pesadas cargas,
que los años no aligeran
ni mis lunas iluminan,
siendo reacio a descorrerse el velo
que Isis en opacidad frenó mis ojos,
no pudiendo visionar más allá.....
de la transparencia de mis pupilas.
¡Miedo al mismo miedo!
Los nervios se encrespan
en una marejada de pensamientos continua
como la mar picada contra los riscos desatada,
así mi adrenalina inflamando mis adentros
me pone sobre aviso de mis fobias....
y mis fantasmas internos.
¡Y miedo a mi misma rabia interna!
Clavándome las uñas en mis pieles laceradas
como estigmas ulcerantes en sacrificio,
mi color se transforma en morado
y la tormenta se desata en mi mente,
¡grito!
¡pataleo!
¡sacudo a puñetazos la almohada!
y descargo toda mi energía en ella,
¡aúllo al compás con mi perra!
y poco a poco la metamorfosis opera
calmando mi ansiedad........
en un simple tiempo de espera,
como una luz rojiza y parpadeante.
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