En una noche de Luna olvidada
de luminosidades doradas,
en una noche crepuscular
donde amor y entorno se funden,
donde luz y tinieblas arden.
En paseo nocturno,
pisando millones de mundos
de fina arena hechos,
dejando sus huellas
en un presente,
moléculas de éter
para la posteridad.
una suave brisa marina
golpeaba sus cuerpos,
partículas de agua salada
traspasaban sus auras,
entonando un sonido melódico
a la vez que en sus etéreos
aparecían aquarelas pintadas.
Toda una simbiosis entre el amor
y lo creado por la mano del mejor artista.
No se podía pedir más en esta vida,
quedando lo mundano soterrado,
sus obnubilados pensamientos
en cavidades oscuras,
¿los sentimientos?,
diáfanos para los dos,
como perlas diamantinas,
como el olor de sus esencias matutinas.
Ni Fortalezas ni Castillos,
ni Reyes ni Princesas
podían competir en grandeza
con todas sus riquezas,
con la fusión de dos almas gemelas.
El amor que se profesaban,
iba más allá de lo superficial,
jurándose amor eterno,
Tenían todo el tiempo y su inmensidad.
Una pareja como cualquier otra,
un paseo a la luz de la Luna,
esperando desde el crepúsculo al amanecer,
acurrucados en la orilla marina,
sin otras pretensiones...
que el estar....
y ser.....
de luminosidades doradas,
en una noche crepuscular
donde amor y entorno se funden,
donde luz y tinieblas arden.
En paseo nocturno,
pisando millones de mundos
de fina arena hechos,
dejando sus huellas
en un presente,
moléculas de éter
para la posteridad.
una suave brisa marina
golpeaba sus cuerpos,
partículas de agua salada
traspasaban sus auras,
entonando un sonido melódico
a la vez que en sus etéreos
aparecían aquarelas pintadas.
Toda una simbiosis entre el amor
y lo creado por la mano del mejor artista.
No se podía pedir más en esta vida,
quedando lo mundano soterrado,
sus obnubilados pensamientos
en cavidades oscuras,
¿los sentimientos?,
diáfanos para los dos,
como perlas diamantinas,
como el olor de sus esencias matutinas.
Ni Fortalezas ni Castillos,
ni Reyes ni Princesas
podían competir en grandeza
con todas sus riquezas,
con la fusión de dos almas gemelas.
El amor que se profesaban,
iba más allá de lo superficial,
jurándose amor eterno,
Tenían todo el tiempo y su inmensidad.
Una pareja como cualquier otra,
un paseo a la luz de la Luna,
esperando desde el crepúsculo al amanecer,
acurrucados en la orilla marina,
sin otras pretensiones...
que el estar....
y ser.....
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