martes, 14 de septiembre de 2010

Fatalidades


Estoy harto de llorar fatalidades
como una pila corrosiva
de la que se desprende su ácido
embarrando y alquitranando
las calamidades de los demás,
negras y oscuras soluciones
que más bien son desilusiones,
mientras lágrimas dulces - agrias
recorren mis pómulos salitres.

Desde mi posición de mentecato
vigilado por un Dios menor
que atraviesa los cristales medio rotos,
en su afán de conquistar mi alma
como triunfo de su ego enfermizo,
para escarnio de mi yo desubicado
en este mundo que no comprendo.

Más mirando fijamente los pedazos de mi alma...
rotos como los cristales del ventanuco,
veo mi reflejo,
ese que parece un dios
pero que tiene más de animal rastrero
que de ser alado.......libre de cargamentos fatales,
libre de dislocaciones cristalinas,
donde la luz es sinónimo de fortuna y destino.......
mi opacidad ácida y corrosiva es digna
de lágrimas desaladas.

¡Basta ya de ser víctima del manantial del fatalismo!

donde corre a borbotones el derrotismo
la desilusión y el pesimismo.

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