jueves, 10 de diciembre de 2009

Aún estás en mí


Temo a las sombras
que aprisionan el latir de mi sentir,
tu luz se apaga,
se difumina en mi memoria,
lejos, muy lejos hasta desvanecerse
en un simple recuerdo,
como un velero en el horizonte
en la mar calmada,
y aún así lo siento
como una gran punzada.

Heridas que metafóricamente
sangran a éste corazón maltrecho,
doliente,
batiéndose en constante duelo
entre mi interior paz,
y la furia externa
que a base de golpeteo
intenta derribar mis murallas;
mantrams repetitivos
para acallar mis pensamientos
y deshidratar mis sentimientos.

Acoso y derribo
entre lo que quiero y puedo,
y lo que debo y no puedo,
un galimatías mental
para mantener a ralla
este caos impredecible,
en el punto álgido de desplome
de las pocas y mermadas fuerzas
que me quedan enteras.

Por que aún te siento
en mi imaginación;
en el canto de las alondras,
de los ruiseñores,
en el aleteo de las mariposas,
en el sol que calienta mis entrañas
y en el crepúsculo de mis horas bajas.

Aún estás en mí,
y ese es mi martirio,
mi condena en el exilio de tu amor.

Aún estás en mí,
para intensificar más.......mi dolor.

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