martes, 10 de noviembre de 2009

Réquiem para los injustos



No tendréis paz,
ni una misa de difuntos cualquiera.

Nadie escuchara vuestras oraciones
cuando claméis piedad,
cuando salvación pidáis,
el día que vuestras cenizas
de siglos corruptas,
clamen al cielo.

Cuanto terror en un futuro,
cuando el juez supremo
os pida cuentas
con rigurosidad,
con transparencia,
todo será diáfano
en su presencia.

No sonará un Réquiem de descanso,
un tránsito,
un peaje en vuestro caminar,
no subiréis la escalera de los justos,
ni nadie os reclamará
por el altavoz de vuestra conciencia.

Rechazados y condenados,
parias de la sociedad,
permitisteis hambre sin piedad,

¿cómo os iban a perdonar?.

Un Réquiem negro sonará,
como el humo negro de madera húmeda,
como vuestro oscuro corazón,
con gran coro de voces
que os turbarán,
que os enloquecerán.

Trastocados vociferaréis piedad,
y oiréis el coro infernal,
contrabajos y violoncellos
con sonidos estridentes,
trompetas y clarinetes
os harán rechinar los dientes.

Será una misa negra,
de difuntos corruptos,
será vuestra sentencia, severa,
y la reparación .....
no sabría que decir,
muy larga y duradera.

Mirad el hambre en el mundo,
mirad las guerras y las pestes,
no cerréis vuestros ojos,
más tenedlos muy abiertos,
para que observéis todo el mal causado.

Ellos, los pobres y desheredados
os han acusado.

Vuestro particular Réquiem ha empezado,
oídlo y aceptadlo.

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