martes, 18 de enero de 2011


Tus gestos me empapan en algodones
en sueños dulces, casi almibarados,
tus labios se muerden, incitantes,
relajando mis tejidos musculares.

Sensaciones que permanecían incorpóreas
mitigadas por mi loca existencia ufana,
por mi carrera en pos de los delirios del momento
para luego caer en la conciencia de mi tormento.

Tú, la de mis sueños nocturnos,
la de voz qué ,de en eco en eco
explosiona mis sólidas convicciones...
De no enamorarme en realidades.

Siendo mis quimeras las únicas acompañantes
en estos tiempos para mí, eternos como galopantes caballos,
como cumbres borrascosas siempre acechantes...
En la oscuridad de mis interiores valles primaverales.

Has sido tú, como Gavilán apresando a este palomo errante
arrancando con tu pico su alma en pena, dando alas a su espíritu,
renovando sus fuerzas perdidas en el horizonte intangible...
Traspasando los límites de una realidad opaca e incognoscible.

Y...siendo mis instintos vulnerados por los tuyos
en continuo movimiento de vaivén visceral,
no puedo subyugar en trance parcial ni total
mis sentimientos que escapan a mi control;
siendo criaturas libres y salvajes en universal libertad
para gozar de las verdades de lo absoluto...
Sin quimeras que distorsionen mi objetividad.

Tú, la asesora de mis inspiraciones
la de los besos en brisa vespertina
la de los flujos como mareas en luna llena.

Tú, la de esperanzas para una vida entera
la transformadora de mis paranoias y fobias,
eres tú,
la que ha implantado en mis valles internos...
La luz y el perfume de las albahacas.

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