miércoles, 3 de febrero de 2010
Jamás supieron entenderla
Nunca la llegué a entender,
ensimismada en sus mundos esotéricos
nada teóricos ni prácticos,
solo dislocaciones de su mente enferma
capaz de oír y ver lo que yo no podía comprender.
Calificada de esquizofrènica paranoide
traspasaba multiversos con una mirada,
balbuceando insensateces en consonancia
en la medida de mi santa ignorancia.
No había esquemas mentales cuadrados
en su cabeza de loca (mal llamada) maniática,
su realidad, no era la mía, ni la de los demás,
ni la de los doctos lunáticos galenos
que a base de fármacos psicotrópicos
la hacían alucinar en sus adentros.
Quebrada en la lucha con sus fantasmas internos,
el suicidio y la muerte física eran esperanza
como en un cuadro gótico vivido;
donde la protagonista se alimenta
del luto de la desesperación,
siendo la claustrofobia su inquisición.
Jamás entendí sus mensajes desquiciantes
exasperando mi lucha por entenderla,
siendo Alicia y el gato con botas
sus compañeros diarios
en sus delirios agonizantes.
Supongo que ella al fin y al cabo
era feliz a su manera,
vivía en más mundos que los descubiertos
en más multiversos que los conocidos,
todos los demás éramos símbolos de la decadencia
de una rancia humanidad de cascos rectos,
de sentencias inamovibles,
de leyes inmutables.
Éramos farolas sin luz
en un mundo oscuro y tenebroso,
ella era un haz luminoso,
donde cada color
representaba un estado diferente de conciencia,
un paso más para la bendita demencia.
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Con un dejo de distancia y de recuerdo estos versos. Me gustaron.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti.