El viento susurra en mi rostro
a gritos en mis oídos,
restringe mis movimientos
encarcela mis melancolías
de otros tiempos olvidadas.
Reseca mis lágrimas
en detrimento de mis sentimientos,
me hace postrar
rodilla en tierra,
se regodea de mi soledad,
de la soledad del poeta,
se mofa de mis percepciones,
de mis lamentos
de mis inspiraciones.
¡Déjame en el presente del tiempo!,
en estos aciagos días de infortunio,
suelta amarras de mi puerto
y fondea en otro caladero
donde no te faltarán regocijos
de desgraciados mediocres,
que se conforman con sus recuerdos.
Aparta de mi tu vendaval furia,
no aprisiones mis fantasías,
mis imaginaciones,
mis desvaríos,
mis delirios
y hasta mis elucubraciones.
¿Vete!,
inquisidor de mis letras,
no deshojes mis escritos
con tus huracanados soplidos,
haz de alfombra a tu Dios
y no malgastes fuerzas
con la temeridad de los hombres.
¡Deja a este poeta pues!
Deja mi incertidumbre intacta
mi vida solitaria, pero valiosa,
suelta lastre,
reduce tus cadenas
que atenazan mi mano,
para que pueda seguir plasmando
poemas de mis entrañas,
para que mis escritos y yo
formemos una simbiosis perpetua
siendo parte de mis adentros
en venideros tiempos.
¡Aparta ya de mi rostro!,
ruge en el fondo del abismo
de donde provienes,
converge con tu hermano poniente
y limpiad de melancolías a todo ser sintiente.
No volverás con una oda nuevamente,
te reconocería a mil leguas,
ni nacerán susurros en mi vientre,
que de tus melodías me crea........
que es mi Musa la que me canta,
la que en melodías insufla mis versos,
la que respira por mí.................
en mis escritos diversos.
a gritos en mis oídos,
restringe mis movimientos
encarcela mis melancolías
de otros tiempos olvidadas.
Reseca mis lágrimas
en detrimento de mis sentimientos,
me hace postrar
rodilla en tierra,
se regodea de mi soledad,
de la soledad del poeta,
se mofa de mis percepciones,
de mis lamentos
de mis inspiraciones.
¡Déjame en el presente del tiempo!,
en estos aciagos días de infortunio,
suelta amarras de mi puerto
y fondea en otro caladero
donde no te faltarán regocijos
de desgraciados mediocres,
que se conforman con sus recuerdos.
Aparta de mi tu vendaval furia,
no aprisiones mis fantasías,
mis imaginaciones,
mis desvaríos,
mis delirios
y hasta mis elucubraciones.
¿Vete!,
inquisidor de mis letras,
no deshojes mis escritos
con tus huracanados soplidos,
haz de alfombra a tu Dios
y no malgastes fuerzas
con la temeridad de los hombres.
¡Deja a este poeta pues!
Deja mi incertidumbre intacta
mi vida solitaria, pero valiosa,
suelta lastre,
reduce tus cadenas
que atenazan mi mano,
para que pueda seguir plasmando
poemas de mis entrañas,
para que mis escritos y yo
formemos una simbiosis perpetua
siendo parte de mis adentros
en venideros tiempos.
¡Aparta ya de mi rostro!,
ruge en el fondo del abismo
de donde provienes,
converge con tu hermano poniente
y limpiad de melancolías a todo ser sintiente.
No volverás con una oda nuevamente,
te reconocería a mil leguas,
ni nacerán susurros en mi vientre,
que de tus melodías me crea........
que es mi Musa la que me canta,
la que en melodías insufla mis versos,
la que respira por mí.................
en mis escritos diversos.
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