miércoles, 11 de noviembre de 2009

Experiencias



Oscura es la noche,
sin Luna,
oscura está mi habitación,
más mi corazón.

Me dispongo a dormir,
boca arriba en mi cama,
demasiado silencio
me agobia,
siento claustrofobia,
mis nervios empiezan a inquietarse,
presintiendo un desenlace.

Cierro los ojos,
cae el velo de la conciencia,
y empiezo a sentirme extraño
como si no estuviera solo,
oigo voces,
murmullos,
pero nada veo.


Oscura es la habitación,
oscura es mi sensación,
y oscura está mi mente,
aunque tal estado alterado
parezca una bilocación.

Floto, ( o lo parece),
doy vueltas como una peonza,
no soy dueño de mis actos,
ni manejo los hilos
como marioneta inconsciente.

No es un estado plácido,
es asfixiante,
olores fétidos
en mis vías nasales,
¡mierda!
¿dónde estoy?
¡socorro!
¡que alguien me ayude!.

No hay respuestas,
un silencio sepulcral
es todo lo que obtengo,
siendo la tiniebla
todo lo que tengo.

No se de que manera,
pero poco a poco vuelvo,
o algo, o alguien tira de mi cuerpo,
regresando a mi lecho
sudando tintas,
nervioso y acongojado,
(acojonado diría más bien)
una experiencia ingrata,
pero enriquecedora a la vez.

Ahí afuera hay todo un mundo
que nos espera,
que nos invade y traspasa,
constantemente,
sutilmente.

Luz y oscuridad,
intercambiando papeles,
la polaridad,
coexistiendo juntas
........eternamente

No hay comentarios:

Publicar un comentario