Tristes y apáticos,
deambulando sus pesares
en sus mentes trastocadas,
muerte y esperanza
unidas a la par.
Ojos de lágrimas,
penas y dolores,
sufrimientos morales
más allá de la tolerancia,
más allá de toda inconsciencia.
Ellos y ellas;
los de cabello algodonado,
los sufrientes callados,
ellos y ellas;
los estacionados en residencias,
en asilos de conveniencias.
Distorsionando el tiempo que les queda,
con imágenes aleatorias,
pasado presente y futuro
se entremezclan.
En un balbucear historias
de sus pasados perdidos,
de sus futuros posibles,
de sus presentes dolidos.
Son los del cabello blanco
los de los ojos nevados,
los del vientre hinchado,
los eternos encamados
en un infierno ...abandonados.
Mil historias sin contar,
mil tumbas para cavar,
sin dedicatorias,
sin flores,
sin elegías que les nombren.
Sólo la esperanza
de otro universo,
donde poder descansar
de tanto sufrimiento.
Son ellos y ellas,
los del cabello algodonado,
los eternos olvidados....
deambulando sus pesares
en sus mentes trastocadas,
muerte y esperanza
unidas a la par.
Ojos de lágrimas,
penas y dolores,
sufrimientos morales
más allá de la tolerancia,
más allá de toda inconsciencia.
Ellos y ellas;
los de cabello algodonado,
los sufrientes callados,
ellos y ellas;
los estacionados en residencias,
en asilos de conveniencias.
Distorsionando el tiempo que les queda,
con imágenes aleatorias,
pasado presente y futuro
se entremezclan.
En un balbucear historias
de sus pasados perdidos,
de sus futuros posibles,
de sus presentes dolidos.
Son los del cabello blanco
los de los ojos nevados,
los del vientre hinchado,
los eternos encamados
en un infierno ...abandonados.
Mil historias sin contar,
mil tumbas para cavar,
sin dedicatorias,
sin flores,
sin elegías que les nombren.
Sólo la esperanza
de otro universo,
donde poder descansar
de tanto sufrimiento.
Son ellos y ellas,
los del cabello algodonado,
los eternos olvidados....
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