Vivencias del amor

Se precipitan las estrellas
en noche cerrada, oscura,
ruidos acompasados del corazón,
sólo rotos por los cantares de la noche
demostrando su melódica función.

Mientras una pareja duerme flotando
en sus islas mentales, gozando,
entre luces y sombras naufragando,
besos embravecidos por la pasión...
y el deseo.

No hay palabras, sólo miradas penetrantes,
traspasando energías sutiles,
sólo los cipreses a lo lejos se oyen
mecidos por una suave brisa,
el revoloteo de alguna luciérnaga
alumbrando amantes...
sin ninguna prisa.

Así toda la noche, siendo cómplice
del amor, compartiendo sentimientos,
regalando silencios,
sólo los trinos de algún pajarillo
y un Eolo enternecido
acompañan con sus presencias
a estos amantes y sus vivencias.

En el cenit estrellado,
en la culminación de una noche inacabada,
una pareja duerme en sus islas soñadas
bañadas por mares de sus esencias,
fusionados por tiernos abrazos
trascienden sueños y universos,
en una noche cerrada y oscura...
inacabada.