domingo, 25 de abril de 2010

Amor más allá de nuestro infierno



Gélida está mi alma
presa de la muerte presta,
como un páramo yermo está mi corazón
y creo perder por momentos la razón.

Necesito tu amor en este presente,
la sangre me hierve y la linfa me estalla
consumiéndome mis rabias,
mis envidias y celos,
mi podrida soledad que obnubila mi mente.

Y en este estado alterado
podría cometer una locura irrefrenable
arrastrándote conmigo al mismo infierno,
por el mismo amor que te profeso.

Ese amor que tan lejano se encuentra
que ni el hilo de las Parcas llega,
ese amargo sentir en penas ahogadas;
lágrimas saladas de los sargazos de mi conciencia
que gota a gota me arrastran a mi decadencia.

Yo te espero con el amor lujurioso
que trasciende los umbrales de la muerte física,
y como Paolo y Francesca en el infierno de Dante
trascenderemos juntos esos planos de pecado y arrepentimiento
uniéndonos en abrazo eterno.

En el suicidio está mi ansiada libertad
allí encontraré las fuerzas necesarias
para esperarte sin trabas,
con mano tendida arrastraré tu alma
en la liberación del desencarnar,
nada tendrás que preguntar,
nuestras almas nos guiaran a su voluntad........
el encuentro será nuestra felicidad.

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