miércoles, 20 de julio de 2011
Me cuesta reconocerme
Cuesta ver ya mis cimientos,
desgastados de tanto sol y sombra
añejados por el tiempo que no perdona,
se quiebran los huesos de este dolmen
y se adoquinan las grietas de mis manos.
Las inspiraciones penetran difusas
y la tinta se resbala en versos furtivos;
como semifusas en partitura cíclica
sin un final plausible donde descansar...
Nadando en un adagio sin esperanzas.
Parezco un sonámbulo despierto
viviendo sin vivir lo que veo,
un trapecista sin parar de saltar
de cuestión en cuestión,
solo respuestas para un posible futuro
Que no me dan la paz... sino el consumo.
Solo siento la penumbra
que no deja pasar los destellos etéreos
para que mi inteligencia absorba
los fundamentos básicos universales,
distorsionados estos en mi cerebro
como conceptos abstractos en estructuras helicoidales.
Todo son secuencias bien planificadas
¡tanto!,
que me siento un charlot apretando tuercas
en una cadena de montaje sin final.
¿Me habré tomado algún alcaloide
sin darme cuenta de sus postreros efectos?.
¿O me falta algún eslabón en mi ADN
y el constructor no se dio cuenta?
O sencillamente...
el polvo de mis futuras cenizas...
Reclama el de mis huesos hechos trizas.
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Bellas letras plasmadas tal vez por un corazón dolido, atormentado por tanta oscuridad, donde la Luz juega al escondite y las fuerzas flaquean.
ResponderEliminarUn placer seguirte.
Besos de luz y cariño.