martes, 20 de octubre de 2009

Penando su destierro



Desterrado de sus habitáculos,
deambulando sin parar,
harapiento,
demacrado,
ataviado con su abrigo,
buscando entre basuras,
removi éndole sus entrañas,
loco por sus hazañas,
anda mendigando
su alma, por un puñado de comida.

Con una botella de vodka en una mano,
alucinando Dragones
que le persiguen
escupiendo fuego,
como el mismo vomita su ardor,
escupiendo sus ayeres
de dicha, lucha y dolor.

Sin rumbo fijo,
atrapado en su vorágine vida,
sin que nadie le ayude,
sin que nadie le mire tan siquiera,
ni un aliento amigo
que alivie su perra vida.

Rebusca en su conciencia la cordura
cuando ebrio se encuentra,
hurgando en los por qué
en los comos y cuandos
de este descenso al averno...
a su particular infierno
donde moran sus recuerdos,
donde habitan sus temores y miedos.

No recuerda familia alguna,
solo tiene sus amigos,
desterrados como él,
apartados de la ""benevolente sociedad",
como parias leprosos,
viviendo en el submundo
como ratas,
sin la "valía suficiente"
para integrarse en la comunidad.

La oscuridad le sigue,
le acecha,
sus Dragones y Caballeros negros
como lapas de pensamiento
le atormentan,
continuamente,
sin que pueda evitarlo,
sin poder esquivarlos.

Son su mejor presa,
la mejor carnaza que morder,
la mejor sangre que absorber,
el mejor cerebro.........
para enloquecer.

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