domingo, 28 de febrero de 2010

¿Cordura o locura?


Fuertes son los estigmas
lacerantes y supurantes
silenciando las palabras bífidas
que del horror a la muerte salen,
escondidas en cóncavas excentricidades.

En cuatro hierros entrelazados
como serpientes apareándose,
espera la visita de las moscas;
infatigables tragonas de podredumbre
acompañantes de la mierda misma
en la que él se da renombre.

Solo espera la muerte
que le rebañe el dolor de la oscuridad,
esperando ver lo que su ceguera mental
le ha prohibido,
visionándolo todo
bajo pesadas cargas de una escafandra neuronal.

¿Loco o visionario?.

No cuerdo para los cuerdos
y visionario para los que nada ven ...
más allá de sus orificios nasales
convertidos en témpanos abisales.

El espera lo que está por llegar
en el amanecer diáfano de un día cualquiera,
donde la plenitud del yo auténtico
le enseñará pasadizos de gusanos
y cuerdas energéticas,
pareciera un saltimbanqui
entrando y saliendo por planos y subplanos,
subiendo y bajando como por una escala tonal
pasando del enojo al miedo
y de este al entusiasmo,
volviendo a empezar de forma habitual.

Y cavilando y riéndose de si mismo
acompaña a las moscas en su merienda asquerosa
y feliz y contento ¡ grita!,
¡ grita y grita!
hasta que la última descarga eléctrica
en su corazón enfermo,
no aguanta tanta excitación
y se transforma en la mosca libre
que siempre quiso ser,
¡ libre!
¡ libre!
¡ por fin libre!.

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