miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cantata para la Nueva Era



Cómo brilla el lucero de la mañana,
recalcando la majestuosidad del Creador,
su magnificencia, su grandeza,
cómo brilla con todo su esplendor,
dando a entender,
la elevación suprema del Hacedor.

Llamas celestes,
como cometas incandescentes,
luces divinas se encienden,
para reconfortar las almas perdidas,
para regocijo de espíritus sufrientes.

¡Ah,Dios!
míranos desde tu plenitud,
en que estado de abandono estamos,
ya no se cree en la divinidad del Ser,
cada uno anda como puede,
vive según sus axiomas mundanales
no según tus leyes universales.

Son como viejas decrépitas,
como sepulturas vacías,
que aún pareciendo bellas, en apariencia,
sólo contienen podredumbre,
y cuando están abiertas,
no muestran más que inmundicia.

Suprime las falsas religiones,
que atenazan las mentes incrédulas,
causando sólo aflicción y desgracia,
y muéstranos la verdad sin tapujos,
la hermandad y la bondad humana
de esta conciencia planetaria.

Así como la lluvia y la nieve caen del cielo,
así mismo fructificará la simiente espiritual,
venida del Cosmos Universal,
liberándonos del yugo que nos ata,
desechando toda falsedad,
toda mentira,
toda astucia,
en bien de nuestra humanidad.

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