¿Sacrosanto?

Qué insensatéz se demuestra con el andar desnudo
con las uñas arrancadas de cuajo
y la esquizofrenia adornada de espinas en primavera
cuando todo florece entre el espanto y la quimera.

Cuánta saliva desgastada en mármol y oro
vocablos sin ningún elogio para los descreídos
salvas por la gloria de unos cuantos posesos
invocando lo pagano a un becerro amargado y oscuro.

Nada más estúpido, que comerse la hiel con miel
que las palomas castas y puras defequen en las invocaciones
ennegreciendo aún más, los mantos púrpura de los endiosados
al calor de miles de sudorosos cuerpos pirados.

Risas, llantos, atronadores rugidos entre el barro y el fuego
animales, bestias y humanos... todos unidos
mientras se declaman versos y prosas espurias...
Mientras ondas sísmicas desatan las harpías y las furias.

Sentimientos

No me puedo imaginar por lo que estarás pasando
solo vislumbro tintes negruzcos sobre lienzos blancos,
no puedo imaginar el dolor sentido y el alma brincando
cuando nada puede paralizar los sentimientos perdidos.

Me fallan las fuerzas y mi interior está quemado
no siendo capáz de distinguir el olor a incienso
ni las vibraciones de los mantras poderosos,
quedando a merced de un destino de luchas y abatimientos.

Quisiera ayudarte desde la sinceridad más profunda
quisiera socorrerte si me pidieras ayuda
pero la distancia que nos separa es un espeso velo pintado
y tu mutismo... un puñal envenenado.

Quisiera reír, llorar, saltar, correr, solo con sentir un parpadeo tuyo
caminaría mil leguas sin cansancio si me lo pidieras,
no llegando en las horas justas el tren final a tu incierto destino
esperaría encarnaciones enteras en este peaje...si me quisieras.

Mi sentir, querer y vivir, van unidos contigo,
no mires atrás y sigue el camino de la voluntad y la esperanza
que unidas dan paz y sosiego...
en la eterna lucha contra la desilusión y el desaliento.

Como me sangra el alma

Como me sangra el alma en mi crisis existencial
como se diluye el tiempo cuando ni tu eco siento
en el palpitar de mis latidos, en mi feudo demencial,
que ni los aires primaverales me dan sosiego ni lamento.

Todo es negro y rojizo en los reflejos acrisolados
las cortinas están echadas en remolino sin lucir los bordados
no hay luz, no hay sombras que acechen, ni acuarelas desgastadas,
solo unos mensajes indescifrables como enigmáticos rompecabezas.

Nada que demuestre el sentir o el pesar de vivencias y experiencias
un absoluto mutismo que rasga el cortex cerebral en mis imaginaciones,
me sangra el alma al no poder encontrar tus besos en mis recuerdos
recorriendo mis lágrimas los espacios internos purificando mis sueños.

Me sangra el alma porque te echo a faltar en mis crepúsculos
en mis días que tu sonrisa era maná, alimentando flaquezas,
y la primavera se presentaba exultante, polinizada con tus chanzas,
calaste tu sino muy hondo en mis entrañas...
por ello sigue sangrando mi alma... añorando tu grandeza en mis tristezas.

Caída y ascenso

Solo el tiempo redimirá las espinas mentales
dejando las huellas que marcaron tus abrazos mortales,
siendo estos, los que me hicieron descender al reino de Hades
acompañando a los impíos y criminales.

Tus besos llenos de ponzoña sacudían mis ideales
tus pieles hacían lividecer mis luminosidades
y tus sonrisas, ¡ay!, tus sonrisas eran cantos infernales,
haciendo palidecer a las más rameras deidades.

El tiempo borrará las secuencias de esta crónica de maldades
palideciendo los tonos grises de mi aura en los astrales,
vomitando el ectoplasma que me dejas en mis interiores
cuando tu espíritu se adueña sin permiso de mis penosas facultades.

¡Recapacita y mírate!, mujer de durezas y opacidades
ya no soy tu siervo, nadie lo és, en esos lugares,
regenérate y vive fuera de la dimensión de egoismos y ruindades...
Es hora de partir para otros universos más lumínicos
es tiempo de dejar atrás los abismos purgatoriales.