Este maldito dolor que atenaza
este maldito golpeteo en mis sienes estrujadas
este tiempo inseguro con sus campanadas
amedrantando al caminante que se acerca a las olas...
olas que desalan la conciencia de un energúmeno con templanza.
Un botarate que cree, que el plenilunio marca sus mareas,
un bipolar sentimental en busca de las auroras del alma
un correcaminos persiguiendo al coyote del amor
escápandose una y otra vez de las garras de la persuasión,
un quimérico del fraude, un charlatán de la ilusión.
Trastornos todos, concentrados en esencias amargas,
con restos de perfumes de almizcles rancios
y lluvias de pétalos secos para pociones de desamor,
trastornos que proporcionan;
un galimatias a los galenos más adinerados
un psiquismo poco convencional y peligroso
un afán desmedido por encontrar los caminos perdidos,
un desdén por el altruísmo
un deseo irrefrenable en caída libre
para poder parar un instante el tiempo de la desilusión.
Trastornos que vendería en el mercadillo del rastro
al mejor impostor que se los quedase eternamente.
Secuelas de trances ni místicos ni mundanos...
pero muy melancólicos y amargos.
Trastornos en días grises y lluviosos
donde los cristales rayados distorsionan mi realidad
enemistando mi alma, esperanza y conciencia
dejándolas en una malvada crisis... en espera de una grán catarsis.
Ya no estes triste Sergio
ResponderEliminarsolo pase a saludarte, un abrazo, tu amigo devoroux
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