viernes, 29 de abril de 2011
Hijos de la opulencia
Hijos de la opulencia
grasos sin cerdos
delirantes ante el oro negro
embadurnados hasta lo sacrílego,
sin conciencia,
inertes ante la desolación...
Muertos para la compasión.
Así son los reyes de su creación;
endiosados,
por temor a las cadenas
que atan al pueblo,
por temor al secuestro de las hijas del infortunio,
por temor... al mismo infierno
que de las entrañas de sus creencias
reducen a polvo y paja...
Las bases mínimas de subsistencia.
Así son los demonios del siglo veintiuno;
vulgares seres humanos
creyéndose ser los profetas de nuevas eras,
economistas de azufre y brea
donde solo ellos obsequian,
otorgan,
se adoran,
imponen
y matan.
Adoradores de poderes ficticios
otrora simples paridos con sacrificio,
sátrapas de la demencia y la paranoia
siempre postrados ante el mundo de espejismos,
ilusiones por ellos creadas para su beneficio.
Son los caínes y judas de nuestros tiempos,
vendedores de almas a tanto por ciento,
pseudo gobernantes de tierras mancilladas...
Por la sangre vertida en sus feudos.
La misma sangre que algún día
reclamarán sus miserables esclavos,
los harapientos sin nombre,
los ultrajados por defender verdades,
los mártires sacrificados...
Solo por defender la justicia y el honor
ante la injusticia y el deshonor.
Los hijos de los hombres volverán;
libertando de sus yugos
a los indefensos y a los justos,
y todos los adoradores del dinero negro
terminarán en asfalto y herrumbre,
formando parte,
de una larga lista de borrones...
En la loca historia del hombre.
domingo, 17 de abril de 2011
Tu visión
Mientras destilo anatemas de expiación
en cálidas arenas desérticas,
mientras camino con la piel descalza
por los pantanos de mi existencia,
mientras el ocaso desciende su velo
en noche cerrada al crepúsculo.
Los alcaravanes, en constante griterío,
agudizan mis sentidos tras el espejismo
de fuegos fatuos allá en el horizonte,
desgarrando el velo, que obnubilado permanece
en mis pupilas enrojecidas de tanto forzar
la visión periférica... por si aparecieras en un instante.
Y con la oscuridad externa que clama el vacío inerte,
apareces desnuda de cuerpo y alma,
solo tu esencia en fulgores luminosos
ralentiza el tiempo y los ecos en mis oídos.
Siendo tu andar cadencioso,
el que despierta al durmiente interno
haciéndole trepar por los muros de la conciencia,
para asaltar los paraísos perdidos
donde el amar era el verbo más pronunciado...
En tiempos de agasajos continuos.
Y es tu visión;
la que destila mis pasiones
en continuos drenajes sentimentales,
la que bombea adrenalina
en simbiosis con partículas etéreas,
donde un universo sonriente...
Da la bienvenida al despertar del durmiente.
Viajero del espacio tiempo
Viajero del pasado en quiméricas ilusiones
dependiendo del asfixiante espacio congelado,
lamentos hundidos en fango acrisolado
en conjunción con mi signo zodiacal,
al cual no le hago ni puñetero caso.
Todo lo dicen los astros;
hasta la muerte enigmática de la razón
cuando el hipotético amor, hace mella en el corazón,
solo el metrónomo interno marca el compás siniestro,
ante una desventurada acción-reacción
de agasajos falsos, mentirosos...
Hipócritas encumbrados en vocablos sinuosos.
Alucinando quedo, esperando las señales,
los astros no gritan,
los púlsares no delatan su existencia pulsátil
y los quásares no se deshacen en fulgores
que me permitirían atrapar una pequeña reminiscencia
formando parte de una sinergia cooperativa.
Nada que pueda eliminar mis fracasos
y alimentar mis luchas encumbradas
en medio de las arenas místicas del reloj cósmico solar,
nada para este viajero de existencias pragmáticas
¡tanto!,
que las ilusiones se esfumaron en espirales sin escape,
quedándome con la mínima fonética...
Tan mínima que ni yo mismo oigo mis ecos al gritar.
Viajero entre acuarelas luminosas y góticas presencias
siempre deambulando en los misterios de la naturaleza misma...
La misma que está gobernando mis querencias.
viernes, 8 de abril de 2011
Los últimos momentos con ella
Últimos toques de tambores presenciaba
últimos toques de aviso en agonía lenta,
en cruel batalla dejando que las rabias
consumieran mi espíritu, y los celos mi alma.
Era el último desfile de cofradías
que contigo admiraba,
más el incienso que como humo
llenaba mi corazón de futuros inciertos,
y los cirios... enormes, como gigantes de Poseidón,
amenazaban la poca luz que de la calle emanaba.
Los recuerdos que reinaban misteriosamente
estaban perdiendo a favor de los olvidos futuros,
desterrados para siempre, guardados en el microcosmos
de mis sentimientos, haciéndose cada vez más enorme...
El agujero negro donde perdería hasta tu nombre.
Las paredes de mi estómago se estrechaban
amenazadoramente,
mordiendo mis jugos,
manos invisibles tiraban de mis nervios
como tocando un arpa en tonalidad alta,
carcomiendo mis entrañas,
todo...
Por no cogerte y atar en cadenas tu mano
a la mía, en señal de protesta por tu partida.
Fueron los tambores de mi muerte en plena vida
fueron el silicio de una expiación que no comprendía,
fueron las tentaciones más perversas de un Mefistófeles
queriendo mi firma de felicidad,
a cambio de remordimientos sin sentido para ella.
¡Y el Averno se apoderó de mí!.
Pesadillas surreales mezcladas con sintómas paranoicos
hicieron mella en mi mente trastocada,
las oscuridad se coló por la puerta trasera de mi alma
y la culpa mordió la carnaza que se le echaba,
las furias se apoderaron de mi cobardía,
las harpías ensordecieron mi conciencia,
y los fantasmas del pasado se hicieron presentes...
Dejando mi voluntad en asquerosa y lúgubre apatía.
Fueron tres años de guerra sin cuartel
entre mis dos yoes,
fueron tres años de infierno en planos inferiores
donde vives encadenado a tu subconsciente...
Tomando posesión intrínseca de tu mente.
La última semana santa con ella;
más bien fue la tormenta
que desató el diluvio de mis desdichas,
el aguacero que borró mis ilusiones de futuro,
y la ventisca que se llevó mi alma...
Al inframundo de las eternas melancolías.
Reparando telarañas mentales
Tejiendo telarañas mentales
junto con afrodisiacos brebajes,
me preparo para morder los lamentos
que la luna me tiene postergados.
El crepúsculo se acerca acechante
rompiendo mis espejos incrédulos
y como un néctar de ambrosía
rompo mis cadenas mutantes...
Las que me tienen amargado
en el interior de la cueva de un don nadie.
¡Y se ríen los olmos!,
moviendo sus troncos
batiendo su estandarte,
todo poderío en silencio
mientras te preparas el litio
para desterrar lo que fue desvencijado
en pedacitos fuera del subconsciente.
Asumiendo los miedos y fantasías
como naturaleza viva,
lapas absorbedoras de tus "dominios"
emperatrices de cúmulos desiertos
donde la sequedad y el agrietamiento...
Forman parte de ti mismo y tu aislamiento.
Telarañas de vida y muerte,
siempre reparándolas,
ávidas de materia corrupta
que en el plano de los sueños
se presentan como falsas musas,
y en el real...
fingen pasión y deseos
y malicia...
En tormentas de envidias.
jueves, 7 de abril de 2011
Hoy quiero amarte
Hoy quiero amarte sintiéndote, muy dentro,
porque nunca antes había sentido tanta emoción,
contenida en el embalse donde se fraguan las pasiones
que luego se desbordan en ríos incandescentes.
Hoy ya no importa nada;
que venga de aires distantes amargando mis sentidos
que en dulces melancolías quiebren hasta mis latidos,
que la fiebre suba o baje... ni que el estallido del Big Bang
provoque sudores nocturnos y delirios salvajes.
Quiero sentirte;
acariciando tu piel desnuda con suaves roces,
partir desde cero y recorrer tu columna hasta llegar al punto álgido
donde se unen desnudos los cuerpos en sensual acoplamiento,
explorando los laberintos que hasta este momento...
Me eran vedados por mi aislamiento.
Hoy quiero que destroces mi cuerpo en mil pedazos
para gozar lo indecible hasta caer extenuado,
siendo hoy el presente, para la consumación del deseo aplazado,
postergado por mis indecisiones tanto tiempo desterradas...
Conformándome con el espejismo de tu desnudez soñada.
Has vuelto a provocar el anhelo que tiempo atrás
latía en sueños espasmódicos,
devolviendo la juventud a mi alma cansada
haciéndola vibrar de nuevo con la excitación que me produce...
Tu mirada y la lascivia de tu cuerpo cuanto siento tus feromonas
exaltando mis deseos sexuales...aún los más reprimidos y olvidados.
Hoy quiero amarte...
No mañana, no en un futuro distante.
Susurros
En susurros del viento
cantan las alondras viajeras
tejiendo en armonías
finas melodías
en partituras sinfónicas.
En singulares cadencias
repiten las mismas secuencias
que las brisas en arpas melodiosas,
moldeando figuras entre nubes
como musas deleitándose al alba...
En las altas cumbres.
¡Maestras en inspiraciones!
insuflando sonidos y letras
al compás de ritmos tonales
y versos declamados,
todo para rendir agasajos
al amor de una mujer,
en un tiempo de amores conjugados.
Siendo encriptados los ávidos destructores
de melancolías encalladas en eternidades,
ningún daño se interpone en el crepúsculo
siendo nuestras realidades;
producto de arrebatos pasionales
en el tren de la vida...
descansando y retomando fuerzas
en cada estación de deseos consumados.
En susurros me atraen tus hechizos
y como un loco poseso me dejo llevar,
siento mi alma despedazar de tanto gozo
que ya me estorba la piel quemada...
Por el sol de la mediocridad
y las galernas de la soledad.
En susurros las musas me cantan loas al amor
agudizando mis sentidos, abriendo mi corazón,
sinfonías y declamaciones para un caminante...
En parada continua,
expectante ante los ecos del amor,
trasportando el viento...
La dulzura de tu esencia en una brisa constante.
sábado, 2 de abril de 2011
Confesiones
Siento no estar a la altura de las circustancias
pues soñar no es realidad,
y ésta es muy dura para mi corazón hambriento
de sensateces humanas.
Siento que cada día me disfrazo con una máscara
ocultando mi yo auténtico,
temiendo la incomprensión de la gente
que me quiere en la distancia por ser eso mismo...
Buena gente.
Nada más falso, que ocultar mi sino tras unos versos
de inspiraciones fantásticas y verborrea escapista,
saboteando continuamente los excesivos amores
en continuos errores por llamarme... poeta.
Mi realidad diaria no es esa;
no hay primaveras ni veranos en mi existencia,
solo un otoño en claroscuro tirando a ocre
donde las hojas de mis sentimientos siguen cayendo
en un abismo sin fondo,
donde la esperanza queda sepultada...
En un invierno gélido escarchando mi alma condenada.
Condenada a coexistir con falsas ilusiones,
quimeras de mis ensueños como susurros en lamentos,
debatiéndose entre el sentimiento y el pensamiento
en pugna constante de mis interiores tormentos.
No es fácil vivir de espejismos en las dunas existenciales,
empañadas de bahos por mis gritos espectrales,
cuando mis fantasmas internos y externos
interfieren a diario en mis quehaceres cotidianos.
Seguiré los dictados de mi musa
como un médium en escritura automática,
seguiré fantaseando mis poemas con surrealidades
necesitando plasmar mis oscuridades en versos más oscuros y melancólicos...
Pareciendo un excéntrico que solo escribe sobre las humanas debilidades.
Volveré a ponerme el traje de caballero andante
mientras las distancias no sean cercanas en el espacio,
mientras la amistad la pueda tener dominada
y no me deje más fisuras en mi corazón sangrado...
Cargando mi alma con el fardo de un "poeta" desahuciado.
La pesada carga de mis sentimientos en declive
ha sido por fin desechada en este poema,
de ahora en adelante no habrá más lamentaciones
ni sentimentalismos extremos rozando la paranoia,
se acabaron las melancolías a debate...
Entre las neuronas alocadas y los procesos límbicos
que controlan mis emociones.
Tu mirada
Hoy veo tu mirada
en luces vespertinas
atinando al alma de mi vida
en colores de auroras...
En un mar de sinfonías.
Besando tus pupilas
en armonía con las mías,
encontrándose a medio camino
entre púlsares destellantes
y latidos de un corazón...
En arritmias alocadas por la pasión.
Despertando de un letargo
como un ensueño dislocado,
induces a versar a un enamorado,
a un loco soñador,
despertando rodeado de amapolas
que adormecen el interior...
De un inquieto trasnochador.
Tu mirada ha dejado su huella
incólume de mi pasado,
con un enigma indescifrable
que la razón no puede explicar
y la sinrazón es poco fiable.
Tu mirada me ha transportado
a islas paradisiacas,
que mi mente si reconoce
en mis latidos sistólicos
en noches de luna llena,
cuando al asomarme por el alféizar...
Presentía tu esencia, con la brisa matutina.
Esa mirada penetrante,
desfoliando capas de recuerdos imborrables,
esa mirada me ha devuelto lo más valioso,
el renacimiento del amor...
Que tenía en estado lamentable,
casi inerte.
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